Perugia, un paraíso por descubrir

Perugia es la capital de la región de Umbria, un auténtico pulmón verde en el centro de Italia. Se trata de una zona de una colosal belleza natural llena de pueblos y paisajes de auténtico cuento. A todo esto se le une un acervo cultural basado en profundas tradiciones artísticas y religiosas de gran arraigo.

Se trata de una zona de Italia muy poco explotada desde el punto de vista turístico por lo que conserva una atmosfera de autenticidad de lo más codiciada por el viajero moderno. Visitar esta zona es como viajar un poco en el tiempo gracias a las múltiples callejuelas de sus burgos medievales, así como castillos, suntuosos palacios y fortalezas militares.

Pero antes de adentrarnos en la ciudad, es interesante destacar algunos enclaves naturales de la zona. Un lugar básico es el parque del Lago Trasimeno, el más grande toda la Italia central, en el que destacan sus tres islas interiores: Polvese, Maggiore y Minore. Se trata de un paisaje de cuento de hadas rodeado por las colinas umbras, y dotado de múltiples caminos para recorrer en bicicleta, a pie o a caballo.

Para turistas más avezados en las emociones fuertes, e incluso en la espeleología, el Monte Cucco es el lugar ideal para recorrer numerosas grutas y adentrarte en los misterios del mundo subterráneo. Además de excursionismo más al alcance de todos, cicloturismo, trekking, esquí de fondo en invierno, bicicleta de montaña, pesca deportiva y un largo etcétera.

Aun no nos metemos en el casco urbano de la ciudad. Seguimos en sus inmediaciones porque se nos olvidaba nombrar el Camino Franciscano de la Paz. Una vía primordial para peregrinos religiosos de tan solo 20 minutos que separa a la ciudad de Asis, lugar de nacimiento de San Francisco, patrón de la Paz en Europa y en prácticamente todo el mundo. Una figura básica de la cristiandad, fundador de la orden franciscana.

Entramos de una vez en la ciudad, un auténtico oasis para los amantes del arte, repleto de monumentos etruscos, romanos, medievales y renacentistas en perfecto estado de conservación. El núcleo urbano es eminentemente medieval, quizás uno de los más bellos y mejor conservados de toda Italia.

Visitas obligadas son la Basílica de San Doménico, los claustros del Museo Arqueológico Nacional de Umbría o la plaza Matteoti, llamada popularmente Spramuro. También destacamos el Palacio del Capitán del pueblo, justo al lado de la plaza IV de Noviembre, una de las más imponentes de todo el país. Por supuesto no nos dejamos atrás la Catedral de San Lorenzo, cuya principal fachada mira a la plaza Dani, otro lugar de imprescindible visita donde no pararás de hacer fotografías. Otro de los puntos fuertes de la zona es su cocina tradicional, elaborada con ingredientes genuinos de la tierra, además de sus vinos con denominación de origen. Pero esa es otra historia en la que entraremos con más profundidad más adelante…