Inauguramos nuevo hotel y, con ello, los posts dedicados a nuestro nuevo destino.
Nos encanta poder hablar de Marrakech, esa ciudad real que parece sacada de un cuento de príncipes árabes y alfombras mágicas.
Marrakech tiene un verdadero encanto que sorprende a quienes visitan la ciudad por primera vez y a quienes vuelven atraídos por su magia. Marrakech nunca defrauda.
Sin duda y, si sobre todo es la primera vez en la ciudad, la visita debe comenzar en la plaza Jemaa el Fna. Situada en el centro de la medina, esta plaza es punto de encuentro de oriundos y visitantes, centro del comercio y del ocio con numerosos espectáculos durante el día y con restaurantes y puestos de comida durante la noche.
Encantadores de serpientes, contadores de cuentos, acróbatas… la plaza es un espectáculo en sí. Y todo se puede ver desde las terrazas de los restaurantes y bares ubicados alrededor de todo el espacio y los comercios que ocupan tres de los cuatro laterales.
Jemaa el Fna es el punto de partida perfecto para descubrir el resto de la medina, declarada además Patrimonio de la Humanidad.
Para completar la visita a la plaza, descubrimos en uno de los laterales la mezquita Koutoubia, otro de los símbolos más conocidos y visibles desde cualquier parte de Marrakech. Solo los musulmanes pueden acceder a su interior.
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