Para el Puente de agosto, decidimos pasar unos días en familia en el Algarve portugués con el objetivo de descansar y disfrutar de sus playas.
La primera noche la pasamos en el hotel BlueBay Balaia Atlántico. Es un hotel bastante grande y que ofrece un montón de facilidades, como por ejemplo grandes piscinas. Las habitaciones también son bastante grandes. Yo estuve en un apartamento que incluía una cocina, un baño, una habitación y un mini salón. El servicio del hotel también era muy bueno, el personal era muy atento y detallista.
Esta es una foto de la piscina principal del hotel en la que pasé la tarde y me bañé el primer día.
Al día siguiente nos movimos al otro hotel , el Bluebay Paraíso de Albufeira. Los dos están muy cerca. Este hotel me gustó más porque tenía piscinas más grandes y muchas más facilidades.
Cuando llegué al hotel estuve en la zona del bar tomando algo de beber mientras esperaba mi habitación. Era un apartamento de dos plantas: en la planta de abajo había dos habitaciones y un baño, y en la planta de arriba había una habitación, un baño, un salón y una cocina. Estaba muy bien, era muy amplio y elegante. También tenía tres terrazas, dos abajo y una arriba. La piscina era muy grande y bonita, y ofrecían un montón de actividades.
Al día siguiente fui a pasar el día a la playa. Está a 20 minutos en coche. Es una de las playas más bonitas que he visto en mi vida. Estaba escondida del mundo y no había mucha gente. Era muy agradable. Tenía unas vistas increíbles. Había como pequeñas cuevas en las que te podías tumbar a relajarte mientras veías las increíbles vistas que ofrecía.
Pasé ahí todo el día. Se me hizo tan tarde que me dio tiempo a ver el anochecer, una vista increíble. Ahí fue cuando entendí porqué todo el mundo esperaba hasta esa hora. Estas son unas fotos del anochecer en la playa.
Después de ver estos preciosos anocheceres, volví al hotel. Comí algo en el bar porque se me hizo muy tarde para cenar. Me prepararon un sándwich que estaba muy bueno. Luego estuve un rato en el bar tomando algo de beber y me fui a dormir.
Al día siguiente estaba muy cansada y me levanté más tarde, por lo que no me dio tiempo a ir a la playa a la que tenía pensado ir. Fui a una que estaba cerca del hotel y que estaba mejor de lo que esperaba. Tenía un chiringuito chill-out con música y muy bien ambientado. Comí ahí y luego pasé el resto del día tomando el sol.
El último día fui a una playa que estaba a 30 minutos. Era una playa muy conocida porque era donde muchos barcos paraban a ver el anochecer y tenía muchas actividades para niños. La comida estaba exquisita.
En general disfruté mucho del viaje y lo volvería a repetir.
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