Además de los lugares emblemáticos que no puede dejar de visitar, como el símbolo estandarte del lujo y el glamour, el mundialmente famoso Puerto Banús, Marbella ofrece encantadores rincones menos concurridos donde es un placer perderse y descubrir.
El Casco Antiguo es uno de los cascos históricos más bellos y mejor conservados de Andalucía. Dentro del antiguo recinto amurallado, del siglo XVI, se encuentra el Castillo (s. X), la única construcción que se ha conservado de la época musulmana. La intensa vida comercial ofrece establecimientos de lo más variopinto, entre estrechas callejuelas empedradas y balcones blancos cubiertos de buganvillas y geranios.
La famosa Plaza de los Naranjos, de origen renacentista, es el centro neurálgico del casco antiguo. Recórranla en las cálidas noches de verano y embriáguese de azahar.
Muy cerca se encuentra la Iglesia de la Encarnación (s. XVII), la Capilla de San Juan de Dios, la Ermita del Santo Cristo de la Vera Cruz y el Hospital Bazán (s. XVI) que alberga, desde 1992, el Museo del Grabado Español Contemporáneo, primero en su género con un rico archivo de autores como Miró, Picasso, Tapies y Chillida.
El Centro Cultural Cortijo de Miraflores y su exposición arqueológica, el Museo Ralli y los yacimientos arqueológicos de 
la Villa Romana de Río Verde y la Basílica Paleocristiana de Vega del Mar son opciones acertadas para una visita cultural.
Junto al céntrico Paseo de la Alameda, un pequeño jardín botánico, encontramos la Avenida del Mar, una vía ajardinada con fuentes entre el Casco Antiguo y el mar, y la exposición permanente de esculturas al aire libre del genial artista Salvador Dalí.
Alójese en el hotel BlueBay Banús, construido al estilo de un típico Pueblo Blanco Andaluz, con sus callejuelas empedradas, patios, plazas y hasta una pequeña capilla.
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